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La interiorista Natalia Zubizarreta nos da sus mejores trucos y consejos para decorar tu casa.
Periodista especializada en decoración
"La calidez es uno de los bienes más preciados de una casa, porque nos proporciona mucho bienestar. Pero no es algo que simplemente se puede comprar, es sutil y muy personal. Se construye a base de mezclas, de detalles heredados..." nos cuenta la interiorista Natalia Zubizarreta. Estos son todos sus consejos y sus mejores trucos.
Salón con sofá de Atemporal. Cojines de Teixidors. Mesas de centro y auxiliar de Hübsch. Lámparas del estudio de Natalia Zubizarreta. Alfombra de Linie Design. Cuadros de Kenay Home.
Para que el salón sea acogedor y agradable, elige sofás que sean de formas redondeadas, así como mullidos. Lo importante es que su diseño sea una invitación al descanso, que la comodidad entre por la vista. Si eliges telas naturales y texturas suaves al tacto, será mucho más confortable.
Salón con sofás, de Atemporal. Butacas, de Crearte. Mesa de centro y mesas auxiliares, de Crisal. Lámpara de sobremesa, de Other Lamps.
Las butacas son una oportunidad para arriesgarse un poco más en la decoración del salón. Úsalas para aquello con lo que no te atrevas en el sofá: tapizados estampados, capitoné, la estructura de madera vista, combinar dos telas... ¡Serán el punto de color!
Salón con butaca tapizada con tela de Hanbel.
El lino, como todos los materiales que ofrecen cierta textura, estimula doblemente nuestros sentidos: cuanto más rústico, mejor. Además, los colores envejecen con muchísimo encanto sobre esta tela. ¡No pasará de moda!
Dormitorio con cabecero, de Calse. Apliques, de DCW. Cómoda, de Vical Home. Lámpara de sobremesa, de Kenay Home.
Aporta calidez en todas sus versiones: el tricot es ideal en dormitorios y ambientes informales. Por su parte, la franela es más masculina y de invierno. También puedes añadir terciopelo, con un efecto más sofisticado y elegante. En el dormitorio de los niños, incluye felpa es divertida e infantil.
Salón con sofá modelo Louvre, en Maisons du Monde. Mesa de centro, en Better & Best. Pufs y lámpara de pie, en Dernier. Butacas, en Marystrastos. Alfombra, de Ikea.
Con su color, textura y olor, las fibras naturales nos transmiten su origen. Y aunque su look es veraniego, en alfombras o cojines combinan perfectamente con los otros materiales. No dudes en añadirlo durante cualquier época del año para aprovecharte de sus ventajas: en verano es fresca y en invierno aportan calidez.
Cocina con muebles de Küchen House Oviedo.
Si tienes el suelo de madera o unas vigas a la vista, ya tienes medio trabajo hecho. Pero todo suma. Deja que se vea en puertas, muebles y pequeños detalles. Su calidez es innegable y la agradecerás.
Comedor con mesa y aparador de Kanem, banco de Maison du Monde y cojines de Teixidors. Las sillas son de Ondarreta. Lámpara de Fritz Hansen.
Roble, pino... Las maderas de tonos intermedios son las que aportan más calor y sensación de recogimiento. Las demasiado claras reflejan demasiada luz, mientras que las oscuras, aunque muy elegantes, oscurecen mucho el ambiente.
La colocación del parquet también es muy importante: las lamas anchas nos envían al campo y nos permiten disfrutar de su textura, sus nudos. El parqué en espiga o Versalles añade muchísimo carácter y aporta cierto estilo clásico. Consigue que el suelo es protagonista y debemos dejar que luzca.
Recibidor con aparador de Bloomingville y espejo de Catalina House.
Dependiendo del acabado de la madera, el efecto es distinto. La mejor opción es mantener el acabado natural de los muebles. Cuantos más, mejor. También los de madera decapada son ideales si queremos sumar color, pero seguir notando la madera. Finalmente, si es envejecida, llena de encanto y de historia cualquier estancia.
Comedor con mesa de Dareels. Sillas, de Ton. Lámparas de techo, de & Tradition. Alfombra, de KP.
Son los que incluyen en su composición matices de amarillo, rojo, naranja... En cambio, los que vienen del azul o el verde suelen ser fríos.
Salón con sofás y mesa de centro, en Natalia Zubizarreta Interiorismo. Pufs, de Catalina House. Mesa auxiliar, de Vical Home. Alfombra, de Masalgueiro. Lámparas, de Affari. Banco y espejo, en Maisons du Monde.
Verdes con naranjas, azules con amarillos... Según la interiorista Natalia Zubizarreta, "si te gusta probar mezclas nuevas, intenta calentar o envejecer tus colores preferidos con un poco de marrón".
Mesa, de El Viejo Almacén Antigüedades. Lámpara de sobremesa, de La Trastienda de Doña Casilda. Paragüero, de Bazar.
Las paredes ocupan más del 50% de la decoración de una casa, por eso elegir un tono cálido es tan importante. Ocres, beige, rojizos, rosas, marrones... llevarán la calidez, aunque siempre teniendo en cuenta la luminosidad de la estancia. "También puedes atreverte con un color con carácter, y ganarás enseguida calidez y personalidad", dice la interiorista.
Salón con sofás, de Cover Decoración Bilbao. Mesas auxiliares y lámparas, en Bazar. Cortinas, en Tapicerías Toral. Alfombra beige, en KP.
"Se considera un color neutro, pero siempre es mejor que incluya matices de alguno de estos tonos cálidos como el beige, caldero, ocre..., así se calentará", nos cuenta Natalia.
Baño con mueble de Mapini, lavabo de piedra de Bathco, grifería de Tres, mampara de Doccia y alfombra de H&M Home.
El gris puro es un color frío, pero también se puede transformar fácilmente al añadir un poco de marrón a la mezcla. La madera es un gran aliado para conseguirlo. Y elige tonalidades claras, el gris se verá iluminado.
Comedor con sillas, en Bazar. Manteles beige y rosa, en Zara Home. Mantel de lino, en Filocolore. Lámpara de techo y lámpara de pie, en Iconscorner. Cortinas, en Tapicerías Toral.
El tono de luz led debe ser cálido. La temperatura de color de 2.700 K es perfecta para crear atmósferas agradables, que no deslumbren y cálidas.
Comedor con mesa, en Maisons du Monde. Sillas y lámpara, del estudio de Natalia Zubizarreta. Mobiliario de la cocina, de Desuka.
Zonifica con la luz, pero nunca crees más de tres espacios: salón, comedor y librería o salón, comedor y zona de lectura o de trabajo...
Salón con sofá de la firma Atemporal Home. Mesa de centro de Maisons du Monde. Alfombra de yute Kavehome.
No te quedes solo con la luz general, porque el ambiente quedará ‘plano’. La variedad aporta riqueza y calidez: usa focos, lámparas de techo, de pie y de sobremesa.
Cocina con mobiliario, modelo Época, de Santos. Lámparas, de DCW. Encimera, de Neolith. Taburete y silla, de Bazar
Usando luces de baja intensidad a diferentes alturas crearás un ambiente muy agradable en cualquier estancia. Pruébalo en la cocina con luces generales empotradas en el techo, otras colgadas sobre la isla de la cocina, leds en la zona de trabajo bajo los muebles altos...
Office con mesa de comedor a medida de Woodies. Sillas de madera de Vical Home.
Los mismos materiales que son cálidos a la vista, también consiguen filtrar la luz con calidez máxima: las pantallas de fibras vegetales, rafia, madera, linos... dan una luz superacogedora.
Recibidor con balda que accede al salón.
Lo ideal es contar con dos puntos de luz: una general con una lámpara de techo (o focos), y otra puntual que dé calidez con una lámpara de pie o sobremesa.
Escritorio, de Crisal. Silla, de Brucs. Sofá, de Crearte.
Como el fuego, tiñen de reflejos de color naranja los rincones. Ponlas siempre en grupos de tres o más para que el efecto funcione.
Caja de cristal y luces Led, de El Corte Inglés.
Estas lucecitas tan románticas pueden repartir su magia no solo en Navidad. Eso sí, asegúrate de que sean las de luz amarilla para que no se pierda calidez. Metidas en una caja, como en esta propuesta, el resultado es superelegante.
Salón con sofá a medida, de Miki Beumala. Mesas de centro, en Taller de las Indias. Butacas, en Zara Home. Alfombra, de Hamid. Espejo, de Antrazita
Las chimeneas llenan de calor y de luz dorada todo el espacio. Por no hablar de su poder hipnótico. En verano, puedes llenarla de velas o bonitos troncos para que no pierdan su efecto decorativo y no se vea como un agujero negro en el salón.
Salón con sofás, del Estudio de Natalia Zubizarreta. Mesa auxiliar redonda, mesa de centro y lámpara de pie, en Pratka. Banqueta, de Zara Home.
La calidez huye tanto de las propuestas monocromáticas como de los contrastes estridentes. Para conseguirla, lo mejor es mezclar telas del mismo color, pero con degradados sutiles de tonos y texturas.
Banco a medida bajo la ventana y junto a la chimenea.
De cualquier tipo, también funcionan si todos los colores están muy integrados. Y las telas de cuadros o rayas, en su versión de invierno o de verano, siempre triunfan.
Cocina con muebles de Santos y encimera de Neolith. Revestimiento de papel vinílico.
No es solo visual, hay una gran diferencia de temperatura al tocar una pared de yeso o una con papel pintado. Si lo eliges con un motivo grande, úsalo estratégicamente: una librería, la pared del cabecero o del recibidor. Los que imitan una tela funcionan casi en cualquier lugar, como en la cocina.
Recibidor con arrimadero y papel pintado Elitis.
Los arrimaderos son cálidos, dan estilo y resultan perfectos si tienes poco espacio y quieres decorar con pocos recursos. Ponlos también en pasillos y zonas de paso.
Salón con sofá en Tapidisseny y mesa de centro y cuadros en Hanbel Monpas.
No dejes las paredes desnudas. Usa cuadros para vestirlas. También puedes emplear fotos, espejos... para decorar tus paredes. Si los apoyas en baldas, en lugar de clavarlos, te darán mucho más juego y podrás renovarlos o cambiar su posición cuando quieras sin necesidad de hacer agujeros.
Butaca tapizada con tela de Gancedo. Mesa auxiliar, de Zara Home.
De campo o de montaña, en las casas rústicas priman los materiales naturales: madera, piedra... Copia su filosofía e intenta ponerlos en tu piso luciendo sus texturas y su acabado al original, al natural.
Salón con sofá, modelo Oxford, de El Corte Inglés.
Nada más inglés, ni más cálido que un chéster tapizado con piel o terciopelo. También sus telas a cuadros y sus colores te inspirarán.
Dormitorio con mesita de noche, en Vical Home.
Con mucho frío y poca luz, los nórdicos son los expertos en la calidez más luminosa: su truco es usar maderas claras, verdes lavados, grises cálidos, pelo largo...
Mesa auxiliar hecha con un tronco de madera junto a un sofá de exterior.
Son ideales los troncos de madera porque nos mandan directos a los bosques. Podemos usar las mesitas y los pufs para ‘dar calor’ al estilo. Son piezas más accesibles económicamente y polivalentes, aunque una antigüedad siempre quedará ideal.
Aparador decorado con velas y cuadros.
Las paredes desnudas son el enemigo número 1 de la calidez. ¿Cómo deben ser? Elige cuadros cuyos tonos o marcos sean cálidos. Lo conseguirás si son de madera o dorados.
Cómoda, de Bazar Interiorismo. Lámpara, de Legrenier.
Son la alternativa ideal a los cuadros: ‘llenan’ las paredes sin abigarrarlas, multiplican la luz y el espacio, no son caros... Eso sí, necesitan un marco con personalidad.
Salón con sofás, de Atemporal. Mesa de centro y mesas auxiliares, de Crisal. Lámpara de sobremesa, de Other Lamps.
Aquí es donde demostramos nuestro arte mezclando tonos, tamaños y texturas. Tres colores, telas o formas son un buen número para conseguir el equilibrio perfecto en el sofá.
Detalle de sofá decorado con cojines y un plaid.
Aportan el calor real al sofá y la cama, pero también el toque vivido, el movimiento. Y la posibilidad de jugar al contraste sin tener miedo a equivocarte: elígelos de tonos lisos pero intensos.
Salón con mesa, en Maisons du Monde. Sillas y alfombra, del estudio de Natalia Zubizarreta. Librería de pladur, realizada a medida, diseño de la decoradora.
Y marcos de fotos, colecciones, recuerdos... Lo que hemos vivido y lo que nos hace felices consigue que nuestra casa sea un hogar y no un hotel.
Recibidor con consola moderna y espejo.
Lámparas, marcos, boles... Incluye estratégicamente reflejos dorados y cálidos en tus ambientes. Si no te atreves con los acabados más brillantes, una pieza antigua o envejecida también lo conseguirán.
Mesa realizada a medida y banco, en el estudio de Zubizarreta. Sillas de Crisal. Plaid mostaza de La Maison.
Úsalas en todas las estaciones, tanto en verano como en invierno. En el salón son ¡imprescindibles! Crisantemos y hortensias aportan rosas viejos y naranjas, ideales para conseguir ese punto cálido que buscas.
Repisa de una chimenea decorada con un cuadro, velas y un jarrón con flores blancas.
Incluso los ramos 100% verdes. Si son silvestres, mejor que mejor. Solo te aconsejamos prescindir de los rosas y lilas más vibrantes.
Encimera de lavabo decorada con un jarrón con ramas verdes.
Frutas, piñas, ramas, hojas, frutos secos... en boles o jarrones pueden aportar el toque natural que necesita una mesa de centro. Si son de tu entorno y recogidos por ti, mejor que mejor.
Estantería con plantas colgantes.
Las puedes usar para zonificar y crear pequeños rincones verdes, jardines de interior. El poder visual del verde es mágico. ¡Y tienen más ventajas! Y es que las plantas, además, regulan la temperatura y la humedad de la casa
Mesa, realizada a medida, y banco, en Natalia Zubizarreta Interiorismo. Sillas, de Crisal.
Dormitorio juvenil con papel pintado de rayas y ropa de cama de color mostaza.
Por muy bonito que sea un suelo, las alfombras lo visten, especialmente cuando tenemos pocos recursos decorativos, como en recibidores y zonas de paso. Y tampoco pueden faltar en el dormitorio. ¿Cómo elegirlas? En invierno, puedes elegir materiales cálidos que amortiguen y den calidez a la pisada, como el algodón o la lana. En verano, las alfombras de fibras son más fresquitas. Además, actúan como aislante acústico y térmico.
Cabecero de lino de Tapicería Toral, aplique de House Doctor, las mesillas y la banqueta de Vital Home.
Los colores gastados de los kílims en rosas, anarajados y marrones serán las que sumarán más calidez. En invierno, sí que puedes usar las de lana con pelo.
Sofás, de Cover Decoración Bilbao. Mesas auxiliares y lámparas, en Bazar. Cortinas, en Tapicerías Toral. Alfombras: de fibra, en KP y estampada, en Aramara.
Superponerlas es potenciar su efecto. Si tienes una base lisa y con textura (como una alfombra de sisal) la puedes completar añadiendo una alfombra con colores cálidos encima, es perfecto para la zona de sofás.
Butacas, de Crearte. Mesa de centro y mesas auxiliares, de Crisal. Lámpara de sobremesa, de Other Lamps.
Usando formas redondas y rectangulares en un mismo espacio o materiales diferentes, es perfecto para pasillos largos. También puedes combinarlas con los estampados. Elige una para la base de un solo color y coloca la que tiene estampados encima para dar dinamismo.
Recibidor con una consola de madera decorada con un espejo y varios objetos decorativos.
En el recibidor, coloca encima del sobre de la consola o el aparador varias velitas de diferente tamaño y combínalas con espejo especial, con carácter, como en este.
Pasillo decorado con una vitrina y una alfombra.
En el pasillo, combina una alfombra de tonos cálidos con un arrimadero de madera o de papel pintado. El resultado será elegante y llenarás de calidez esta zona de paso que, normalmente, olvidamos.
Sofá de la firma Atemporal Home. Mesa de centro de Maisons du Monde. Alfombra de yute Kave Home.
Los sofás con formas redondeadas. Decóralo con cojines de diferentes texturas y añade una mesa de centro de madera natural. La calidez estará asegurada, pero también el dinamismo gracias a la presencia de líneas curvas.
Office con mesa de madera, sillas con respaldo de aspa y lámpara de fibras naturales.
Sillas tapizadas combinadas con manteles hasta el suelo y una lámpara de techo de madera o de fibras naturales, como la de este office.
Dormitorio con cabecero tapizado con tejido de rayas.
Papel pintado en la pared del cabecero, un cabecero tapizado y, cómo no, unas lamparitas con base de madera que sumen calidez.
Mobiliario, modelo Chalet, de Kütchen House Oviedo. Lámpara de techo, de Better&Best. Mesa y sillas, de un anticuario.
Para que sea más cálida, añade una encimera de madera, algunos botes de cristal y varios rapos de cocina de telas rústicas.
Baño con revestimiento con acabado mármol y mueble de madera.
Para Natalia, el baño perfecto debe contar con accesorios de madera, así como sales y jabones artesanales, que aportan aromas y color.
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