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'Hawaii-Bombay', la célebre canción de Mecano, mencionaba esos lejanos lugares para describir el bienestar que puede procurar un baño relajante casero. Se trata de preparar lo básico y lanzarse a la experiencia
Hay pequeños placeres que se llaman así, probablemente, porque son algo cotidiano y fácilmente alcanzable. Precisamente por eso se puede obviar su gran poder reconfortante. Ahora que el coronavirus obliga a quedarse en casa, no sólo se puede pasar tiempo en el hogar, sino que también es posible disfrutarlo y muy factible hacerlo a remojo.
Cada cual tiene su propia receta, pero la del baño relajante suele ser un fijo entre las acciones sencillas para lograr un acceso directo a la tranquilidad y a la relajación.
Hace falta poco para dedicarse un momento y recrear la sensación de calma que algunas personas sienten en la visita a un spa o en una sesión de masaje. Llenando la bañera de agua y sumergiéndose en ella se puede conseguir esa sensación, sin salir de casa. Cierto que la bañera ha cedido su espacio en los hogares a los platos de ducha por falta de espacio y las modas, pero sigue siendo aún un elemento presente en los cuartos de baño españoles.
Sin bañera también se puede recrear un momento digno de la canción de Mecano 'Hawái, Bombay', pues bajo la ducha también es posible un baño digno de pasar a la lista de pequeños placeres. He aquí una selección de opciones para personalizar ese momento.
Estas sales de baño contienen aceites esenciales de lavanda y salvia. Estas soluciones están presentes en en muchos cuartos de baño, pero hay que remontarse a la antigua China para encontrar la primera descripción de los diferentes tipos de sales. Al médico griego Hipócrates se le atribuye la recomendación de usar agua salada marina para mejorar dolencias.
Se llaman sales de baño por su parecido con los cristales de sal común. Químicamente, las primeras son verdaderas sales, pero también suelen incluir otros componentes como ceras, aceites y glicerina. Es habitual que se les añadan fragancias y colores por estética y porque las sales actúan como un diluyente que transmite unos aromas que podrían resultar demasiado potentes por otra vía.
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A la hora de meterse en la bañera a darse un baño relajante se puede optar por muchos productos. Las bombas de baño son sales efervescentes con forma esférica, que se echan al agua y se deshacen, progresivamente, como si fueran una pastilla. Estas se presentan en una caja de12 y cada una contiene un aceite esencial diferente para dejar la piel relajada e hidratada.
Este difusor de aromas con aceites esenciales tiene una capacidad de 500 mililitros y tres configuraciones de temporizador. Puede usarse como lámpara fragante con función de luz nocturna y ocho colores de iluminación.
El aparato es de plástico, pero sin bisfenol A o BPA, una sustancia que algunas personas evitan por considerarla nociva para la salud y que algunas industrias han dejado de utilizar. Este artefacto se vale de tecnología ultrasónica para disolver los aceites esenciales y mantener más tiempo en el ambiente el aroma elegido. Tiene la opción de funcionamiento en reposo, que activa una emisión de neblina ligera entre 15 y 20 horas. Por seguridad se apaga automáticamente si se queda sin agua.
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Al igual que en lo cromático hay preferencias por gamas de color, en lo aromático también hay olores predilectos. Sólo hace falta preguntar a alguien por su opinión sobre fragancias como el almizcle, la vainilla, el coco o el pachuli y la conversación estará garantizada.
Esta vela huele a jazmín, pero lo más llamativo en ella no es la fragancia, sino estar hecha con soja, ingrediente biodegradable, a diferencia de la parafina utilizada más habitualmente. La soja permite, además, una combustión más limpia y lenta, de modo que una vela de este tipo puede rendir hasta dos veces más que las tradicionales. Esta candela tiene un tiempo de combustión de entre 50 y 65 horas.
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Lo ideal en un tiempo de relax sería disfrutar de no hacer nada más que bañarse, pero como se tiende a querer hacer varias cosas a la vez y la experiencia del baño se puede alargar, se puede contar con una bandeja para poner a mano y a salvo de chapuzones indeseados el móvil, la tableta o un libro de papel. Este soporte es de madera de bambú, extensible y adaptable a varias medidas de bañera. Se puede usar como bandeja poner en la cama, servir el desayuno o colocar el ordenador.
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En el imaginario sobre la ducha y el baño hay dos pesos pesados: el patito de goma y cantar en la ducha. A esto último puede ayudar este altavoz portátil resistente al agua, con Bluetooth, función manos libres y micrófono incorporado, por si hay que atender una llamada. Se fija a la pared con una ventosa, tiene seis horas de autonomía y puede usarse también en el coche.
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Si se va a pasar un rato en la bañera, aplicarse una mascarilla en el rostro puede ser una opción. Esta es apta para todo tipo de cutis, está elaborada con barro del Mar Muerto y pretende contribuir a la limpieza de la epidermis, buscando una sensación relajante, así como aportar algunos minerales. Su formulación contiene ingredientes naturales como manteca de karité, aloe vera y aceites de jojoba y de girasol.
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Este masajeador para los pies cuenta con un rodillo para estimular algunos puntos en esa parte del cuerpo. Ofrece cuatro funciones entre las que se encuentra la de calor, ya que la base del artefacto es calefactable y se puede emplear tanto con agua, como sin ella. En los últimos años han ocupado espacio en la carta de tratamientos de centros especializados técnicas como la reflexología podal, basada en la estimulación de zonas de los pies.
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En los circuitos termales de los centros de belleza y bienestar no suelen faltar las propuestas para atender los pies y reactivar la circulación sanguínea de las piernas. Se conoce como pediluvio el baño de los pies en agua y otros productos por un tiempo de entre 8 y 10 minutos. En esta práctica se suele emplear agua entre 30 a 35 grados, aumentando después de manera gradual la temperatura y añadiendo el producto elegido.
Este producto contiene sales Epsom con aceites de árbol de te, que destacan por sus efectos relajante, antifúngico y antibacteriano. Las sales Epsom son compuestos minerales a base de magnesio y sulfato, tienen una apariencia similar a la sal de mesa, pero su uso es diferente, siendo usadas para relajar la musculatura.
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Al salir del baño se puede recurrir a un albornoz para secarse. Este modelo de cuello tipo smoking es de algodón y tiene dos bolsillos delanteros. La palabra albornoz es de origen bereber y aún se emplea en el Norte de África para designar una especie de capa de lana que protege durante la noche a los pastores tunecinos.
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Tras un baño relajante, tomar una infusión templada puede ser una buena idea. Esta taza es de vidrio de borosilicato, más resistente a la temperatura que los tradicionales. Esta pieza de menaje es apta para el lavavajillas y se vende con un filtro de cristal extraíble y reutilizable, que permite colocar en su interior las hojas de la infusión que se desee degustar.
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