Fregaderos para cocinas: Hay vida más allá del acero inoxidable

2022-10-12 12:08:18 By : Ms. Ruth Lin

El León de El Español Publicaciones S.A.

Si te dispones a diseñar tu nueva cocina, debes prestar atención al fregadero, ya que es un elemento que no puede faltar y que tiene muchos detalles que cumplir para ser una elección perfecta. 

En caso de que te dispongas a cambiarlo, debes saber que hay fregaderos de muchos más materiales además del acero inoxidable si te apetece un cambio de imagen para esta estancia. 

Incluso hay diferentes formas y tamaños, además de accesorios que pueden ayudarte a complementarlo si no cuentas con suficiente espacio en tu encimera. 

¿Cómo se puede colocar un fregadero? Existen tres formas diferentes y cada una de ellas dará un aspecto completamente diferente a nuestra cocina. 

Los más comunes y tradicionales en las cocinas son los fregaderos instalados sobre la encimera. En este caso, los bordes del fregadero sobresalen por encima de la encimera, donde está encastrado.

Las encimeras de granito o de cualquier otra piedra quedan muy bonitas cuando a simple vista no vemos el fregadero. Está ahí, pero encastrado bajo la encimera, de forma que sus bordes no se ven, sino que la propia encimera parece el borde del fregadero. 

Si optamos por este tipo de instalación es importante recordar que no tendremos un escurridor adherido a la cubeta. 

Una tendencia es optar por fregaderos de cocina con faldón, de materiales como piedra, y encastrarlos bajo la encimera pero dejando que su parte frontal se vea, de modo que la encimera no los rodea al 100%. 

El fondo del fregadero es lo que llamamos cubeta o seno. Los hay de diferentes tamaños, con una o dos cubetas, con y sin escurridor. Las formas de fregadero más comunes son las siguientes:

Los fregaderos simples son aquellos que tienen tan solo una cubeta. Los podemos encontrar circulares o rectangulares y de diferentes tamaños. Son los más indicados para cocinas pequeñas y encimeras reducidas. 

Los fregaderos dobles se componen de dos cubetas, ya sean ambas redondas o rectangulares. Son muy útiles para familias numerosas o si cocinamos mucho, para así tener más espacio en el que dejar todo el menaje que ensuciemos y después fregarlo cómodamente. En estos casos es importante prestar atención al grifo, porque necesitaremos uno capaz de girar para poder usarlo en ambas cubetas o bien un grifo extraíble tipo ducha. 

Muchos modelos cuentan con una placa estriada que se sitúa a la izquierda o a la derecha de la cubeta, donde podemos dejar el menaje de cocina después de fregarlo para que se seque. 

Hay modelos con escurridor tanto de una cubeta como de dos, siendo estos los de mayor tamaño. Para poder instalarlos es importante contar con espacio de sobra en la encimera. 

Será muy útil cuando no contemos con un armario de cocina con escurreplatos, por ejemplo. 

Un pequeño extra que da para mucho es la media cubeta. Se trata de fregaderos que tienen un seno y otro más de tamaño reducido. Ideal para dejar un colador, separar utensilios delicados del resto o sencillamente contar con un poco más de espacio y organizarnos mejor al lavar a mano. 

Una vez que tenemos más claro cómo vamos a instalar nuestro fregadero de cocina y el tamaño que necesitamos para cubrir nuestras necesidades, podemos pasar a escoger el material con el que estará hecho. 

Los más clásicos y extendidos son los fregaderos de acero inoxidable. Con una o dos cubetas, con o sin escurridor, los hay de todos los tamaños y formas. 

Se trata de un material muy resistente, de ahí que esté extendido su uso, aunque puede rayarse y la cal se acumula en él, pero se limpia con mucha facilidad, por lo que es un detalle que no tiene más importancia si, tras cada uso, recogemos las gotas de agua que puedan quedar. 

Si nuestra cocina soñada es de estilo rústico, un fregadero de piedra puede ser el centro de esta estancia. Una tendencia que cada vez se ve más en cocinas amplias, ya que estos fregaderos son de una cubeta pero muy grandes y alargados por lo general. 

Se pueden encontrar en granito y en mármol y también en piedra artificial que simula la apariencia de ambas. Lucirán elegantes y serán muy vistosas. Hay que tener en cuenta que las piedras naturales debes estar tratadas para resistir el uso continuo porque son materiales porosos pero muy resistentes, duraderos y fáciles de limpiar. 

En el caso de la piedra artificial, también estará tratada para durar muchos años. Su precio es más elevado que la piedra artificial.

No se trata de un fregadero de cristal transparente como el que tenemos en las ventanas. Sino que es una combinación de acero inoxidable para la cubeta y cristal templado en color blanco o negro para los bordes y el escurridor. 

Los fregaderos de cristal son una opción que aún no se ve en muchos hogares. Tal vez porque no existen más alternativas en cuanto a color, pero sí hay multitud de diseños y tamaños. 

Algo a lo que hay que sumar que el cristal exige cuidar mucho su limpieza para que no se acumule cal y además son delicados en cuanto a los golpes y arañazos. Además de tener precios muy elevados. 

Una alternativa al acero inoxidable son los fregaderos sintéticos de resina a los que se añaden minerales para reforzarlos como es el cuarzo. Son resistentes y podemos encontrarlos de más colores. Ofrecen todas las propiedades del acero inoxidable pero son más caros que este material. 

Son antibacterianos, muy higiénicos, fáciles de limpiar, resistentes a los golpes, los arañazos y casi no acumulan cal. Además, su estética es elegante y moderna. 

Existen accesorios para fregaderos que pueden facilitarnos más de una tarea en la cocina y nos ayudan a sacarle partido. 

Cuando tenemos un fregadero de una sola cubeta sin escurridor y no contamos con un armario con escurreplatos, podemos adquirir una bandeja con escurridor que nos de un espacio donde dejar secando el menaje y los utensilios. Una vez secos, siempre podemos recoger y guardar todo. 

También existen escurreplatos de rejilla enrollables que podemos colocar sobre la cubeta, de forma que aprovechamos el espacio y luego podemos recoger y guardar sin problema. Incluso pueden hacer las veces de superficie sobre la que colocar utensilios cuando vemos que nos falta espacio. 

Una última solución es hacernos con un escurridor de inserción, así llamado porque puede insertarse en la cubeta o seno y quedar al ras del fregadero. No solo sirve para dejar secando algunos platos y cubiertos, sino que podemos usarlo también para lavar frutas o verduras. 

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