En un parque. Jorge, alumbrado por la cámara de su móvil, manipula su mechero en un parque. / jesús signes
Jorge tiraba petardos con sus amigos en Fallas. Tenía 11 años y, sin ser consciente, estaba a punto de escoger su destino. «Nos llamó la atención el olor del gas del mechero. Fue por las risas», cuenta el joven. Aquella fue la primera vez que inhaló. Ahora tiene 21 años. Las fosas nasales destrozadas. Su nombre es ficticio para preservar su
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