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Si hoy no te apetece complicarte, te contamos las mejores posiciones para pasártelo bien sin muchos alardes.
¿Un día duro? Quizá todavía estás preparado para tender sexo pero no te apetece liarte a hacer acrobacias sexuales. Si estabas buscando una colección de posturas fáciles y placenteras, has llegado al lugar adecuado porque justamente de eso va este artículo. A continuación te presentaremos una serie de posiciones sexuales en las que con muy poco esfuerzo, tanto tú como tu pareja lo vais a pasar en grande sin grandes esfuerzos.
Cuando pensamos en el Kamasutra tradicionalmente pensamos en una serie de posturas locas para tener relaciones sexuales entre un hombre y una mujer, pero esto no siempre es así. El Kamasutra es un libro que, ya desde su composición, estaba dirigido a todo tipo de personas, no solo a acróbatas, por lo que entre todas sus posturas, hay de todo, algunas mucho más accesibles que otras.
Es interesante resaltar que el autor del Kamasutra, Vatsiaiana, señalaba que existen 8 formas básicas de tener relaciones sexuales y 8 posiciones principales, el libro llama “artes” a las combinaciones de forma con posición. En nuestros días, estas posiciones todavía son más variadas, así que probablemente, seas como seas en el sexo, alguna de ellas te encajará a la perfección.
Bueno, qué decir de esta clásica postura que no hayamos dicho ya. El misionero es la letra A del abecedario del sexo: hombre arriba, mujer abajo y poco más que añadir.
El hombre puede sentarse al borde de la cama o en una silla mientras ella se sienta a horcajadas sobre su pene y lo rodea con sus brazos. En esta postura, ella es la que toma el control de los movimientos, la velocidad y la profundidad de la penetración.
Él puede ayudar haciendo fuerza con las manos en las nalgas de ella, pero eso es opcional y quizá es adecuado reservarlo para el momento del orgasmo.
Ella se acuesta boca abajo con las rodillas un poco dobladas y él se pone detrás, apoyando su peso en las rodillas y las manos, mientras la penetra.
El hombre está totalmente relajado en esta postura, tumbado boca arriba, mientras ella se coloca de rodillas encima de él. La chica controla en todo momento la situación y tiene una buena posición para estimular su clítoris fácilmente, por lo que puede llegar a alcanzar el orgasmo más fácilmente que con otras posturas.
Otro clásico del sexo, el perrito es una postura muy excitante para el hombre, por la vistas que tiene, y además es ideal para conseguir una penetración muy profunda sin mucho esfuerzo. En ocasiones, demasiada, y por eso a veces hay que ir poco a poco y no entrar a saco desde el principio.
Esta variedad de la postura anterior se diferencia en que en lugar de estar a cuatro patas, ella se tumba boca abajo con algo bajo el vientre que levante un poco sus genitales para facilitar la penetración.
En esta postura, ella se tumba boca arriba y sube las rodillas hasta que toquen su pecho. Incluso, para estar más cómoda, puede cogerse los pies con las manos.
Él se sitúa junto a ella, de rodillas y puede penetrarla fácilmente.
Esta posición quizá es una de las más complejas de la lista, aunque aún así, es muy sencilla. En ella, la chica está tumbada de lado y levanta la pierna que queda arriba en el aire.
Él se encaja en el hueco que queda entre las dos piernas de ella y la penetra desde allí.
La postura es igual que la vaquera normal, pero en lugar de que la chica mire hacia su amante, mira hacia el otro lado, con lo que este tiene una increíble vista de su espalda y su trasero.
La diferencia entre esta postura y la del misionero es que en lugar de estar pecho contra pecho, el chico se echa a un lado y ella sube un poco la pelvis hacia arriba de manera que el clítoris roce contra su amante cuando este se mueva.
Según algunas estudios, esta postura incrementa en más de un 50% la posibilidad de llegar a un orgasmo.
La chica se tumbará en el borde la cama, dejando al descubierto sus genitales. Levantando una de sus piernas para facilitar el acceso de su amante, que estará de rodillas junto al lecho y podrá prestarle toda su atención al clítoris con su lengua.
Los dos se tumban de lado mirando en la misma dirección mientras él la penetra vaginal o anualmente. Se trata de una postura muy cómoda y placentera, muy de amor, y en la que se puede estar mucho tiempo debido a que no cansa mucho.
La chica se tumbará en una superficie elevada a una altura media como, por ejemplo, una mesa, con las piernas hacia arriba. Él estará depile junto a ella y podrá penetrarla anal o vaginalmente.
Una postura que, aunque no requiere mucho esfuerzo, tampoco es para todo el mundo, ya que algunos se pueden agobiar un poco. Consiste en que la chica se coloque como en la posición de la vaquera, pero que en lugar de colocar sus genitales para la penetración, los ponga sobre la cara de su amante.
El hombre se sentará en el borde la cama o en una silla, mientras que ella lo hará encima de él, dándole la espalda, de forma que él la pueda penetrar.
Se trata de una postura muy cómoda para ambos, que además tienen las manos libres para tocar las partes que más placer le de a su pareja: los pechos, el clítoris, la base del pene o los testículos.
El chico se sentará sobre la cama con unas almohadas para apoyar la espalda y las piernas estiradas. Mientras, ella se sentará sobre el pene de él y controlará todo, desde la presión a la velocidad.
Similar a la postura del cara a cara de la que hemos hablado un poco más arriba, pero con la diferencia de que ambos estarán sentados sobre la cama o el suelo y abranzándose con las piernas.
Se dice que esta es la posición definitiva para el sexo oral. Consiste en que él se siente en una silla, el borde de la cama o, por qué no, un trono, y abra las piernas.
Ella se sentará delante de él y le hará una felación.
Imagina que eres un chef y tu amante entra a la cocina de improviso y con ganas de sexo. Probablemente, le quitarías la parte de abajo, la subirías a la encimera y tendríais una sesión de sexo rápido y sin concesiones, porque el servicio tiene que continuar. Pues básicamente, en esto consiste esta postura.
Una posición favorita de muchos para el sexo oral. La chica está cómodamente tumbada boca arriba con la cabeza apoyada en un par de almohadas para elevarla. Él se pone de rodillas frente a su cara con el pene enfilado directamente hacia su boca. Ella puede usar las manos para estimular otras partes de su cuerpo como los testículos o el ano, y él también puede acariciarla o excitar su clítoris.
En esta posición, similar a la del perrito, pero en la que él está de pie junto a la cama, es fundamental que ella eleve su trasero hacia arriba de forma que el pene de él alcance a estimular su punto G. Apretar los muslos también puede ayudar a incrementar la estimulación.
La mujer se pone delante del lavabo y él chico la penetra por detrás. El espejo delante de los dos hará que la excitación de los dos se dispare hasta las nubes.
Esta variedad del misionero, en la que ella le abraza con sus piernas, puede resultar especialmente excitante. Si ponéis una almohada en la espalda de ella, el ángulo de la penetración cambiará ligeramente, lo que os proporcionará nuevas sensaciones.
El hombre está de pie y ella se arrodilla frente a él mientras le practica una felación que se mueve todo el tiempo de arriba a abajo, pasando del glande a los testículos pasando por el tronco.
Si colocáis junto a un espejo, la vista resultará increíblemente excitante.
La chica se tumbará en una superficie elevada como una mesa o un escritorio y allí elevará las piernas hacia arriba como si estuviera practicando el ejercicio de la bicicleta.
El chico la tomará de los tobillos y la penetrará profundamente, esto con mucho cuidado, porque una entrada demasiado impulsiva podría ser doloroso para ella. Calma.
Qué podemos decir de esta postura. Un clásico entre los clásicos. Ambos miembros de la pareja se dedican a chupar los genitales del otro a la vez con el riesgo de que uno de los dos lo haga tan bien que al otro le resulte imposible seguir.
Esta posición se trata de una variación de la de la silla caliente, pero se realiza en unas escaleras. Estas dan muchas posibilidades para apoyarse en los peldaños y también para agarrarse a la barandilla, por ejemplo, con lo que pueden conseguirse sensaciones muy diferentes.
El “truco” de esta postura de sexo oral para chicas es que el chico levantará con una mano la piel que protege el clítoris, mientras ella está tumbada boca a arriba. De esta manera podrá pasar su lengua de abajo a arriba excitando muchísimo la zona genital de ella.
Como su propio nombre indica, en esta ocasión el trono lo ocupa, en lugar del rey, la reina, y es él quien le practica sexo oral.
En un intento de estimular el punto G de la chica, esta se tumbará boca arriba, levantará las piernas y las apoyará sobre los hombros de él, que la penetrará profundamente buscando el contacto con la mítica zona erógena.