La sal es un ingrediente fundamental en la mayoría de las cocinas, este les da sabor a nuestros platillos favoritos, lo saleros no pueden faltar en la mesa. Por desgracia algunas veces este ingrediente se endurece y ya no se puede consumir, suponiendo un desperdicio de producto. Por esta razón es importante evitar que esto suceda. Por suerte existen algunos métodos que evitan que la sal se endurezca y dure por mucho más tiempo en el salero. A continuación, te digo cuáles son.

Una capa de un cuarto de porción de perejil en el recipiente de la sal hará la diferencia entre si el contenido se endurece o no. Además de agregarle un aroma fresco a perejil y evitando un efecto amortiguador. Solamente tendrás que cortar en trozos pequeños esta hierva para poder incorporarlos en el frasco de la sal. Si quieres aprender a diferenciar entre el cilantro y el perejil, aquí tienes un artículo anterior de Enséñame de Ciencia que puedes consultar.

Los palillos para los dientes es una de las mejores soluciones para evitar una sal endurecida y mantenerla seca. Por el contrario, a los ingredientes anteriores, estos no se deben de romper, tienes que incorporarlos enteros en el recipiente. Pero, aunque esto puede funcionar muy bien para el fin que se le quiere otorgar, no es el método más seguro de la lista, Pueden intentar con alguno otro.

Los clavos de olor forman parte de esta lista por su eficacia para mantener la sal completamente seca. En este caso también puede aportar un aroma fresco, pero no alterar el sabor de este polvo. En general es muy recomendable conservar la sal en frascos de vidrio que sean herméticos, ya que estos permiten un mejor flujo de aire lo que evita que la humedad altere su estado. Incorpora los clavos de olor cortados o enteros para emplear esta técnica, notarás como la sal no se volverá a endurecer.

Al igual que con los granos de arroz, puedes incorporar unos pocos granos de café al salero. Por si te lo preguntas, la sal no adquirirá el característico sabor del café. Por el contrario, te permitirá conservar la calidad de estos granos.

Tal vez no te lo esperabas, pero las galletas saladas son una gran opción para evitar que la sal se endurezca y se desperdicien. Para esto tendrás que introducir unos cuantos trozos, que no sean tan grandes, pero tampoco tengan el tamaño de migajas. Procura cambiar las galletas por lo menos cada quince días para evitar que estén rancias y afecte al contenido extra del frasco.

Realizando los trucos anteriores verás cómo la sal no volverá a endurecerse y no se desperdiciará más. Recuerda mantener en este tipo de polvos en lugares seco con poca humedad. Además, opta por evitar almacenar en saleros de metal o de plástico, ya que esto puede causar oxidación o erosión, lo que afecta a la calidad de este producto.

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